Tiempo perdido

Hoy quiero rescatar un texto que escribí hace mucho tiempo en otro blog que cayó en el olvido:

Líneas que se pierden en la inmensidad del papel,
desierto blanco que hiere la vista cuando no surge un pensamiento.
Una frase, verdad o mentira que escribir.
Solo el rumor del viento.
Tu mirada perdida refleja la ansiedad de no saber,
el momento y la forma de afrontar un principio,
arrancándote la piel en busca de una letra, una rima, un acierto,
levantas la vista al cielo y miras.
Y todo surge.
Las ideas brotan, raíces de ese anhelo por ser alguien,
coges la punta del hilo y tiras,
llenas el papel de basura y cosas sin sentido,
no tienes nada,
ves caer los minutos en tu reloj como losas,
se abren tus cicatrices, sigues igual que antes.
Rompes el papel, lo dejas porque sabes que tu instinto te ha mentido.
Te levantas, miras al cielo y maldices.
Otro más entre tantos,
todo de nuevo perdido.

Porque dos sentimientos: la frustración de ver el tiempo pasar, y saberlo perdido, van cogidos de la mano.