Monedas al aire
Adelante, no sigas dudando. Llevo toda la vida cuidando de tí, haciéndote favores, velando por que los problemas en los que te metías no te afectaran. Ahora no tienes elección, no puedo seguir ayudándote en esas condiciones; tú te lo has buscado metiéndote en ese callejón lleno de ratas; te están comiendo poco a poco, pequeños bocados a tu mísera existencia que te hacen menguar; pareces un esqueleto; no tienes más que mirarte al espejo. Eres un estúpido y me has obligado a esto. Tienes la conciencia destrozada por las patadas que tú mismo le das; no vales ni el ataúd en el que acabarás porque eres un trozo de mierda.
El aire le rozaba la cara suavemente y lo sentía ahora como fuego quemando su piel mientras el estómago quería soltar hasta el último gramo de esa asquerosa vida. Puso los brazos en cruz levantando la cabeza y sintió mareo; necesitaba dejarse caer hacia atrás pero algo se lo impedía; quizá los cuarenta metros que le separaban del suelo.
Vamos cretino, a qué estás esperando; si no te lanzas lo haré yo y será peor porque primero sentirás más dolor del que puedas soportar hasta rogarme de rodillas que haga cesar tu mísera existencia. No se te ocurra ahora plantearte otra posibilidad porque ya no la hay, estás condenado a reventar tu estúpida cabeza contra el asfalto; lo único bueno que te resta en este momento es saber que al menos disrutarás de la caída; cierra los ojos e intenta evadirte porque no hay lugar ni al arrepentimiento. Estás muerto y eres consciente de ello, pero aún no quieres asumirlo; sólo consigues retrasar lo inevitable y prolongar tu sufrimiento. ¡Vamos! No tengo todo el día.
El sudor que perlaba todo su rostro reflejaba la angustia de una última y crucial decisión; o mejor dicho, el hecho de que no existía tal decisión; las opciones se limitaban a una; había levantado la carta y resultó ser la más baja.
Oteó el horizonte y todo se le antojaba oscuro: la noche y los edificios se cernían sobre su cabeza y lo aplastaban; lo presionaban e impedían que pudiese respirar; pero sin embargo estaba tranquilo; su futuro estaba ahora compactado en unos pocos segundos y no sabía en qué o quién pensar antes de lanzarse al vacío.
Ya sé lo que intentas, pretendes irte en paz contigo, estás buscando el momento más adecuado de tu vida para ponerlo entre tú y el precipicio amortiguando así el penoso final de tu desastrosa existencia. Me produces risa y pena. No te mereces ni eso. Te vas a quitar de enmedio como un cobarde, eso es lo único en lo que debes pensar; has pasado por este mundo sin dejar huella, no te echará de menos nadie, ¿me oyes? ¡nadie! Eres un engendro y como tal debes morir. Borra de tu mente toda idea de felicidad porque nunca la has tenido; precisamente por eso te vas. Deja ya el hueco que estás ocupando inútilmente para que otro pueda intentar hacer algo más que tú, cosa harto fácil.
¡Vamos!
La presión era tan insostenible para él que irremediablemente se echó a llorar temblando; agachándose para hacerse un ovillo sobre el borde del edificio que sería testigo silencioso de un final irónico: un edificio en ruinas, instrumento del fin de una vida ruinosa.
Mientras sollozaba angustiado bajaba las manos al suelo y arañaba inconscientemente buscando algo a lo que atenerse; un mínimo aliento de vida.
Temblaba y lloraba como un niño.
Esto es lo último que te quedaba ya, llorar.
Siento tanto asco de tí que me están entrando ganas de darte una patada en la boca y ver como vomitas la sangre que te ha faltado desde que naciste. ¿Te vas a quedar ahí temblando? ¿Llorando tu incompetencia y cobardía para enfrentarte al mundo? Se me está terminando la paciencia y no quiero sentir más pena por tí, bastante he tenido. Termina con esto ya y libra al mundo del hedor que desprendes.
¡Eres escoria!
Finalmente abrió los ojos llenos de lágrimas; miró al frente poniéndose de nuevo en pie; inspiró hondo apretando los puños; levantó la cabeza y dio un paso al frente con total decisión.
Desde ahora quedas relegado a un segundo plano.
He decidido que estoy preparado para eliminarte de mi mente; ya no me sirves de nada porque has intentado destruirme. Voy a empezar a caminar por mí mismo.
Y se dirigió pausadamente hacia el interior del edificio; dispuesto a empezar de nuevo; dispuesto a no escuchar más esa voz; dispuesto a olvidar.
El aire le rozaba la cara suavemente y lo sentía ahora como fuego quemando su piel mientras el estómago quería soltar hasta el último gramo de esa asquerosa vida. Puso los brazos en cruz levantando la cabeza y sintió mareo; necesitaba dejarse caer hacia atrás pero algo se lo impedía; quizá los cuarenta metros que le separaban del suelo.
Vamos cretino, a qué estás esperando; si no te lanzas lo haré yo y será peor porque primero sentirás más dolor del que puedas soportar hasta rogarme de rodillas que haga cesar tu mísera existencia. No se te ocurra ahora plantearte otra posibilidad porque ya no la hay, estás condenado a reventar tu estúpida cabeza contra el asfalto; lo único bueno que te resta en este momento es saber que al menos disrutarás de la caída; cierra los ojos e intenta evadirte porque no hay lugar ni al arrepentimiento. Estás muerto y eres consciente de ello, pero aún no quieres asumirlo; sólo consigues retrasar lo inevitable y prolongar tu sufrimiento. ¡Vamos! No tengo todo el día.
El sudor que perlaba todo su rostro reflejaba la angustia de una última y crucial decisión; o mejor dicho, el hecho de que no existía tal decisión; las opciones se limitaban a una; había levantado la carta y resultó ser la más baja.
Oteó el horizonte y todo se le antojaba oscuro: la noche y los edificios se cernían sobre su cabeza y lo aplastaban; lo presionaban e impedían que pudiese respirar; pero sin embargo estaba tranquilo; su futuro estaba ahora compactado en unos pocos segundos y no sabía en qué o quién pensar antes de lanzarse al vacío.
Ya sé lo que intentas, pretendes irte en paz contigo, estás buscando el momento más adecuado de tu vida para ponerlo entre tú y el precipicio amortiguando así el penoso final de tu desastrosa existencia. Me produces risa y pena. No te mereces ni eso. Te vas a quitar de enmedio como un cobarde, eso es lo único en lo que debes pensar; has pasado por este mundo sin dejar huella, no te echará de menos nadie, ¿me oyes? ¡nadie! Eres un engendro y como tal debes morir. Borra de tu mente toda idea de felicidad porque nunca la has tenido; precisamente por eso te vas. Deja ya el hueco que estás ocupando inútilmente para que otro pueda intentar hacer algo más que tú, cosa harto fácil.
¡Vamos!
La presión era tan insostenible para él que irremediablemente se echó a llorar temblando; agachándose para hacerse un ovillo sobre el borde del edificio que sería testigo silencioso de un final irónico: un edificio en ruinas, instrumento del fin de una vida ruinosa.
Mientras sollozaba angustiado bajaba las manos al suelo y arañaba inconscientemente buscando algo a lo que atenerse; un mínimo aliento de vida.
Temblaba y lloraba como un niño.
Esto es lo último que te quedaba ya, llorar.
Siento tanto asco de tí que me están entrando ganas de darte una patada en la boca y ver como vomitas la sangre que te ha faltado desde que naciste. ¿Te vas a quedar ahí temblando? ¿Llorando tu incompetencia y cobardía para enfrentarte al mundo? Se me está terminando la paciencia y no quiero sentir más pena por tí, bastante he tenido. Termina con esto ya y libra al mundo del hedor que desprendes.
¡Eres escoria!
Finalmente abrió los ojos llenos de lágrimas; miró al frente poniéndose de nuevo en pie; inspiró hondo apretando los puños; levantó la cabeza y dio un paso al frente con total decisión.
Desde ahora quedas relegado a un segundo plano.
He decidido que estoy preparado para eliminarte de mi mente; ya no me sirves de nada porque has intentado destruirme. Voy a empezar a caminar por mí mismo.
Y se dirigió pausadamente hacia el interior del edificio; dispuesto a empezar de nuevo; dispuesto a no escuchar más esa voz; dispuesto a olvidar.
Comentarios
Hay que tener cuidado con nuestra propia mente.
Besos
Como siempre, muy bueno
Besos Oscar
Un beso.
Muchos besos.
sigue sonando decente jajaj pero ya no es lo mismo q antes
no me daba tiempo pa to!!
Besos.
Un besito.
Es curioso como lo controla, lo piensa, lo dice todo...
Muy bueno, ya lo sabes.
Besos!
Un besito y una estrella.
Mar
Excelente relato como siempre
Yo a mi duende de mi cerebro lo mataría tantas veces...
Besicos
Un beso acompañado de un abrazo.
En fin..Ahora cuadno miro es solo por las ganas de lanzar al vacío todos los apuntes que hablan de linfocitos, medusas y no se cuantas chorradas más :)
Mala? Quién, yo? Cómo puedes decir eso! Pasa que, hay que jugar con eso de las ganas, darlo todo de primeras resta emoción, intriga.. Hay q tensar un poqito la cuerda ;)
Hasta el viernes. Besitos malvados :)
Todo un lujo el empezar a leerte.
Nuevos saludos conversos.
saludos!!
Esa era mi intención Ana jeje.
La mente es increíblemente poderosa sí, pero a la vez peligrosa Ana
Lebacsac, lo bueno de esas cosas es que aunque haga años que no la practicas, cuando vuelvas a cogerlo todo surgirá de nuevo : )
Efectivamente Marcela, qué miedo!
Gracias Lorena. Es difícil luchar contra nosotros mismos a veces.
La mente nos pertenece hasta que deja de hacerlo y empieza a caminar por sí sola Perdida, en ese caso debemos temblar...
Gracias mar, exactamente, hay que aprender a controlar...
Ese duende Belén, a mí también me pasa.
Siempre debemos esperara que la dominante sea la positiva Lobito : )
Gracias Castrodorrey, en este caso el final aconsejaba que viviera jeje.
Cristicienta no todo son finales trágicos; me gusta que te sorprendas jeje. Esos apuntes, ya tendrás tiempo de lanzarlos, o quemarlos ; )
y... ves como sí eres mala? pero bueno, lo de la emoción y la intriga me gusta jeje.
Muchas gracias Cemanaca, eso me ha permitido descubrirte, y me alegro mucho.
Gracias Yurena, como siempre una estupenda crítica : )
Final feliz ; )
Agua, es todo un placer que vengas por aquí, de todas formas, como ya te dije, el descubrimiento ha sido mutuo.
Dura y peligrosa Beatriz, por eso hay que ser fuertes a veces.
Un gran abrazo.
Qué tensión! Espero que pueda empezar de nuevo, aunque olvidar resulta siempre tannnnn difícil..
Bs
Me ha encantado como todo cuanto tocas, un besazo enorme y ya soy oscar-adicta,jeje
Un besoteee
BESOOOOTEESSSS¡¡¡¡
impactante historia, con un final feliz,
pero a veces las voces logran lo que tanto apabullan, tristemente se apoderan de la persona más frágil.
Lo veo a diario, en mi trabajo..
Pero no todo es tristeza, siempre están los momentos agradables que los sostienen y acallan voces..
Un beso
Viví cada párrafo. Te sigo.
Me gusta lo que haces.
Besos lascivos
Me ha encantado, Oscar, buenísimo del principio al fin. Redondo!
Gracias de parte de esta ciudadana!!
No hay más que leer este relato tuyo...
La has personificado "endiabladamente" bien, hasta el punto de hacerme odiarla por el daño que estaba causando a su habitáculo corporal, al que desprecia lo indecible...
Menos mal que me has dejado respirar al final...
Besos.
besitos.
Simplemente, fantástico ;-D Besos!!
Con tu permiso, volveré para seguir leyendote.
Besos.
Besitos
Pero nada como escucharla de vez en cuando, Oscar, me encnató de verdad.
;)
Besos, guapo!.
voy a buscar lo que me he perdido en este tiempo...
Gracias Incomprendida, me alegro de verte por aquí.
Clarita, me alegro mucho de que seas oscar-adicta, es todo un honor leer eso de tí. Gracias.
Más o menos así Pepa Luna, algunos pensamientos a veces nos pueden.
Exactamente acoolgirl, siempre hay razones, aunque estén escondidas.
La mente es imprevisible despe.
Gracias por tu visita mamen, otro besote.
Lucina, lo malo es que hay tantos finales tristes como felices.
Bienvenida lascivia, te visitaré para ver tu blog. Gracias.
Gracias a ti Lasosita. Es así como hay que ser, luchador, intentar no rendirse bajo ningún concepto : )
Es odiarnos a nosotros mismos por tener ese tipo de ideas o pensamientos Marinel.
Rakel, lo siento por tu examen, espero que al menos hayas aprobado. Seguro que si!!!
Es difícil Vicky, pero con esfuerzo y un poco de fuerza de voluntad se puede conseguir.
Gara es un placer tenerte por aquí, te recibiré encantado siempre que quieras volver.
No eres la única Cris, jeje.
Es como tu imagen Tormenta, el blanco y el negro, hay que escucharla, pero con cuidado.
Another Lovely, alegría para mí tenerte aquí.
Muchas gracias a todos por vuestro tiempo.
Un beso y un abrazo.
es bueno volver a comenzar....
me agrado el final!
see ya
Soy nueva en tu blog, espero no ser expulsada, pues eres un ESCRITOR con todas sus letras y con mayúsculas más encima y yo, apenas una pricipiante, a quien sólo le gusta escribir.
Tu relato me ha calado, mi mente, en este último tiempo, ha estado en ese peldaño que si das un paso caes al abismo. Independiente de tu alrededor, si tienes hijos, marido, padres, etc. Aún a sabiendas que puedes dejar un gran vacío, los pensamientos surgen autómatas, pero en el último momento, cuando estamos el el borde, a punto de caer, retrocedemos y pensamos que quizás sí se pueden hacer mejor las cosas y no somos la escoria que sentimos ser a veces.
Un abrazo,
Mona