Sumido en tu noche
Cuando sentí el calor de sus manos colocadas entre mis piernas, presionando y palpando ansiosamente, al tiempo que sus tetas se clavaban en mi espalda, supe que había caído irremediablemente en una deliciosa trampa que jamás me hubiese esperado.
La primera vez que entré a su casa pensé que no la habría imaginado así, aunque de hecho, creo que no llegué a imaginarla nunca, pues siempre que pensaba en ella se me llenaba la cabeza de construcciones cada vez más elaboradas y detalladas sobre su cuerpo desnudo; fantasías irrealizables por la intensa amistad que nos unía, pero como es normal, a veces me siento incapaz de controlar los impulsos de mi líbido.
En todo caso siempre fue más poderoso el respeto que el deseo... hasta ese momento.
La razón por la que fui allí aquel día es irrelevante; al subir me encontré la puerta abierta y ningún rastro de ella, así que fui recorriendo la casa, como en el principio de un juego, imaginando que tarde o temprano la encontraría mirándome divertida y burlándose de mí.
Lo que no imaginé fue que se trataba de su particular partida de ajedrez, cuya estrategia era la sorpresa, por lo que sería ella quien me encontraría, pasando sus brazos desde atrás y colocándome las manos sobre el pecho, haciéndome sentir un leve cosquilleo tras mi oreja e impidiendo que me diese la vuelta, para después, como continuación de ese juego, colocar en mis ojos un pañuelo atado y sumiéndome en un excitante mundo de oscuridad en el que el resto de los sentidos se agudizaron.
Éramos amigos desde hacía años; siempre nos habíamos considerado como tales, me contaba sus problemas cotidianos y las pequeñas discusiones con su novio; yo me desahogaba con ella de la misma manera; bromeábamos y tomábamos de vez en cuando un café o una copa con el único propósito de disfrutar de una compañía demasiado grata para estropearla como pensábamos que ocurriría si la cosa llegaba a más.
En el breve momento que pasó desde que la sentí abrazarme por detrás hasta que sus manos finalmente descendieron sin contemplaciones, mi pulso se aceleró y los pantalones parecieron encojer bajo mis caderas.
-Ya eres mío.
Y todos los músculos de mi cuerpo fueron suyos.
Cada impulso nervioso se concentraba en los puntos exactos en los que posaba sus manos, que exploraban mi cuerpo sin el más mínimo pudor como continuación de su juego y preludio de lo que vendría.
Me giró hacia ella y sentí su respiración en mi barbilla; juntó tímidamente sus labios con los míos durante un brevísimo instante; deteniendo el tiempo y dejando en el aire ese delicioso sonido que me atravesó.
Desabrochó los botones de mi camisa, acercando de nuevo su boca para besar cada parte descubierta de mi torso, uno a uno, agachándose lentamente; clavando un puñal por cada beso y haciendo palpitar intensamente la zona en la que tenía marcado su objetivo, hasta que al llegar bajo mi ombligo, siguió desabrochando, esta vez el pantalón, liberando una presión inconmensurable de pura excitación.
Pero su intención era hacerme sufrir, así que después de desprenderse de casi toda mi ropa, volvió a recorrer el camino, esta vez hacia arriba y me abrió los labios con los suyos en un beso hambriento y húmedo, permitiéndome palparla y comprobar que tan sólo llevaba puesta una fina y suave prenda totalmente ceñida que realzaba sus tetas libres de cualquier otra sujeción y remarcaba los pezones; y bajo ésta, nada.
-Hoy vamos a descargar juntos todo el sexo que hemos estado guardando;
La primera vez que entré a su casa pensé que no la habría imaginado así, aunque de hecho, creo que no llegué a imaginarla nunca, pues siempre que pensaba en ella se me llenaba la cabeza de construcciones cada vez más elaboradas y detalladas sobre su cuerpo desnudo; fantasías irrealizables por la intensa amistad que nos unía, pero como es normal, a veces me siento incapaz de controlar los impulsos de mi líbido.
En todo caso siempre fue más poderoso el respeto que el deseo... hasta ese momento.
La razón por la que fui allí aquel día es irrelevante; al subir me encontré la puerta abierta y ningún rastro de ella, así que fui recorriendo la casa, como en el principio de un juego, imaginando que tarde o temprano la encontraría mirándome divertida y burlándose de mí.
Lo que no imaginé fue que se trataba de su particular partida de ajedrez, cuya estrategia era la sorpresa, por lo que sería ella quien me encontraría, pasando sus brazos desde atrás y colocándome las manos sobre el pecho, haciéndome sentir un leve cosquilleo tras mi oreja e impidiendo que me diese la vuelta, para después, como continuación de ese juego, colocar en mis ojos un pañuelo atado y sumiéndome en un excitante mundo de oscuridad en el que el resto de los sentidos se agudizaron.
Éramos amigos desde hacía años; siempre nos habíamos considerado como tales, me contaba sus problemas cotidianos y las pequeñas discusiones con su novio; yo me desahogaba con ella de la misma manera; bromeábamos y tomábamos de vez en cuando un café o una copa con el único propósito de disfrutar de una compañía demasiado grata para estropearla como pensábamos que ocurriría si la cosa llegaba a más.
En el breve momento que pasó desde que la sentí abrazarme por detrás hasta que sus manos finalmente descendieron sin contemplaciones, mi pulso se aceleró y los pantalones parecieron encojer bajo mis caderas.
-Ya eres mío.
Y todos los músculos de mi cuerpo fueron suyos.
Cada impulso nervioso se concentraba en los puntos exactos en los que posaba sus manos, que exploraban mi cuerpo sin el más mínimo pudor como continuación de su juego y preludio de lo que vendría.
Me giró hacia ella y sentí su respiración en mi barbilla; juntó tímidamente sus labios con los míos durante un brevísimo instante; deteniendo el tiempo y dejando en el aire ese delicioso sonido que me atravesó.
Desabrochó los botones de mi camisa, acercando de nuevo su boca para besar cada parte descubierta de mi torso, uno a uno, agachándose lentamente; clavando un puñal por cada beso y haciendo palpitar intensamente la zona en la que tenía marcado su objetivo, hasta que al llegar bajo mi ombligo, siguió desabrochando, esta vez el pantalón, liberando una presión inconmensurable de pura excitación.
Pero su intención era hacerme sufrir, así que después de desprenderse de casi toda mi ropa, volvió a recorrer el camino, esta vez hacia arriba y me abrió los labios con los suyos en un beso hambriento y húmedo, permitiéndome palparla y comprobar que tan sólo llevaba puesta una fina y suave prenda totalmente ceñida que realzaba sus tetas libres de cualquier otra sujeción y remarcaba los pezones; y bajo ésta, nada.
-Hoy vamos a descargar juntos todo el sexo que hemos estado guardando;
;beso
-Hoy vas a saborear todo lo que desnudas con la mirada cada vez que me miras;
;beso
-Hoy más que nunca me apetece cabalgar sobre tí;
;beso
Tras cada susurro al oído volvía acariciandome la cara con la suya, me comía ansiosa los labios, y regresaba para susurrarme lo siguiente; cada palabra se clavaba en mi cerebro, me tensaba los músculos, me hacía temblar; me estaba matando muy lentamente y yo quería morir mil veces; sus manos eran dos plumas moviéndose sin cesar por toda mi espalda.
Cuando terminó de desnudarme aún permanecíamos en el lugar en el que había empezado; seguíamos de pie; permitiéndome acariciarle todo lo que hasta ahora únicamente había estado en mi imaginación, introduciéndome en sus templados muslos, palpando muy delicadamente cada rinconcito de su cuerpo y captando imágenes mentales de toda su anatomía.
Disfrutaba tremendamente de cada segundo que permanecíamos en ese estado; no sentía nada bajo mis pies porque ella me estaba haciendo flotar en la dulce oscuridad de aquel pañuelo de seda.
Finalmente, apretando sus nalgas con fuerza levanté su cuerpo, ella me abrazó con brazos y piernas quedando suspendida a la altura justa para que pudiese sentir mi leve y rítmico roce en su clítoris, ahora desarmado; despojado, húmedo; tembloroso... y aún con los ojos tapados le susurré al oído: Guíame
Comentarios
¿Habrá una segnda parte? ;)
Un beso.
Pásate mañana por mi playa...Allí encontrarás un regalito totalmente merecido.
Muchos besos.
un saludo
Te mereces dos besos y un abrazo.
Saludos.
Consigues que no pueda acabarlos... tranquila ;)
-Hoy más que nunca me apetece cabalgar sobre tí
Me la quedo!
Más besos :)
Besicos
Se te dan muy bien este tipo de relatos: tú sí que eres un estupendo escritor.
Gracias por el inciso que has hecho debajo de los premios en el margen.
Besos y sigue deleitándonos con esto :D
En cuanto a tu relato... wow
Definitivamente, no deja... indiferente :)
Besos.
Un beso cielo.
Natacha.
Y me recuerda a alguien y algo.
Besos
Los premios los tenía en espera de entrega hace un tiempillo y ya era hora de entregarlos.
Un saludo!!!
muac, muac
Un beso, niño.
Un abrazo crack y gracias por tu complicidad en mi blog. Me gusta tenerte al otro lado. Cuídate.
Si que sabes sonrojarme..
Un beso
2ª Ana, de nuevo, gracias por el premio, me hizo mucha ilusión, ya lo tengo expuesto.
borderline, el próximo igual es de tres jeje.
Lobito, bebe agua y toma aire para seguir pensando...
Beatriz, no me gusta que sea demasiado explícito, así da más lugar a la imaginación.
pati, gracias, así es como quiero que estés, azorada :P
El calor viene bien para estos días Belen y María ; )
Jezabel, dame tiempo, ya verás jeje.
Ayla te quedaste sin palabras?
adriana, ya sabes, vuelve si quieres sentirte... indiferente :p
Gracias Natacha.
Eso es lo que quiero Reina, abrasarte : )
Amanda, lo de XXX se adivina en la primera frase jaja.
Rosa, cuanta razón llevas, lo que debe pasar al final acaba pasando.
chica maravilla, a ver si se enteran y me contratan como escritor, aunque la cosa está complicada con tantos buenos escritores que rulan por la blogosfera : \
moni, lo único que hay entre líneas es que a veces gusta a uno sentirse un poco esclavo jeje (a veces, no siempre)
despe, pronto tendrás el siguiente : )
Alatriste, ahora lo tienes facil para enfriar temperaturas, sácalo al balcón jejeje. Gracias por tu visita, siempre es un placer.
Lucina, casi puedo ver tus mejillas sonrojadas :p
Besos, abrazos y lo que gustéis.
Impresionante relato erótico amigo mío.
Para nada noto frío en este momento...
Besos.
Besos...
Me ha gustado mucho, ;).
Besoss.
Excelente relato, excelente!!!
Está visto que el bello arte de jugar con las palabras, siempre, hace soñar al lector. En cualquiera de los géneros.
Magnífico.
Saludos cordiales
Luna, me alegro de que te haya gustado, sutil, como debe ser.
Castrodorrey, gracias por tu visita. Las palabras son como dices, la forma de que podamos soñar despiertos.
Un Abrazo
BESOS