Tiempo que resta
Sus párpados se habían juntado enredando las pestañas en un suave contacto; cálido como una puesta de sol.
En la habitación oscura donde estaba sintió que no echaba de menos nada, habían desaparecido los sentimientos, los anhelos y los pesares. Algo en su interior tuvo la certidumbre de que iba a quedarse ahí para siempre; el único deseo que experimentaba; sin embargo no pensaba; no experimentaba; no sentía; no deseaba.
Era una oscuridad que lo envolvía suavemente infundiéndole absoluta calma; despojado de la molesta envoltura en la que había pasado tantos años y que últimamente se había quedado vieja, harapienta, gastada.
Al mismo tiempo, alguien juntaba unas arrugas como surcos en la comisura de sus labios y ojos; por los que iban caminando ríos de lágrimas y preguntas. Un por qué tantas veces dicho al cielo con la esperanza de obtener alguna furtiva respuesta; faros iluminando el sendero oscuro en el que se acababa de adentrar todo lo que fue y lo que sería.
Un poco más, porque nunca es suficiente vida para compartir con quien deseas; tiempo, más tiempo por favor, que aún quedan muchas cosas por hacer y te quieros que decir.
La música había terminado y cuando esto ocurre siempre hay alguien que se queda sin silla, y las músicas del mundo continúan el ritmo asesino del tiempo; quitando una por cada silencio ladrón.
Un hombre como otro cualquiera; fuera ya de juego, experimentaba la tranquilidad que se le había negado durante tanto tiempo; dejándose llevar por una paz sobrecogedora hacia un lugar desconocido; y en otro plano, con el triste pesar de que no hay justa edad para abandonar a los que te quieren, miraba Juana el sereno rostro de Marcos torciendo los labios mientras cruzaba sus manos instintivamente, deseando con toda su alma aferrarse fuerte a otra mano que ya no estaba; apretarla y llorar sobre ella todos los días que le restaban para reunirse con él; que ya no serían días, sino infiernos.
Tristeza; serenidad; llanto; paz.
Somos el tiempo que nos queda pero no tenemos potestad para decidir sobre él porque nos tiene prisioneros; a su merced.
Marcos y Juana tuvieron una amistad fugaz y la desecharon pronto; el cariño se hizo fuerte, forjando una vida inconcebible uno sin otro; y ahí estaban porque así fue mandado; los dos juntos, pero uno sin otro.
Y bajo la penumbra de una gastada bombilla incandescente; desnuda, sin más adorno que un cable perdido en el cemento, iluminando muebles oscuros y ajados; humedades y tonos ambarinos en las paredes cubiertas por capas de existencia.
Una casa vieja, plagada de recuerdos e historias que ahora dolían como puñaladas por cada milímetro de pared; de tantos años como felicidad compartida que ahora se resquebrajaba en conjunción con las añejas vigas de madera del techo; y debajo, una silla encolada y rechinante por los vaivenes de una mujer rota ante la visión de un ataúd abierto en el que yacía ausente esa mitad que ya nunca regresaría.
En la habitación oscura donde estaba sintió que no echaba de menos nada, habían desaparecido los sentimientos, los anhelos y los pesares. Algo en su interior tuvo la certidumbre de que iba a quedarse ahí para siempre; el único deseo que experimentaba; sin embargo no pensaba; no experimentaba; no sentía; no deseaba.
Era una oscuridad que lo envolvía suavemente infundiéndole absoluta calma; despojado de la molesta envoltura en la que había pasado tantos años y que últimamente se había quedado vieja, harapienta, gastada.
Al mismo tiempo, alguien juntaba unas arrugas como surcos en la comisura de sus labios y ojos; por los que iban caminando ríos de lágrimas y preguntas. Un por qué tantas veces dicho al cielo con la esperanza de obtener alguna furtiva respuesta; faros iluminando el sendero oscuro en el que se acababa de adentrar todo lo que fue y lo que sería.
Un poco más, porque nunca es suficiente vida para compartir con quien deseas; tiempo, más tiempo por favor, que aún quedan muchas cosas por hacer y te quieros que decir.
La música había terminado y cuando esto ocurre siempre hay alguien que se queda sin silla, y las músicas del mundo continúan el ritmo asesino del tiempo; quitando una por cada silencio ladrón.
Un hombre como otro cualquiera; fuera ya de juego, experimentaba la tranquilidad que se le había negado durante tanto tiempo; dejándose llevar por una paz sobrecogedora hacia un lugar desconocido; y en otro plano, con el triste pesar de que no hay justa edad para abandonar a los que te quieren, miraba Juana el sereno rostro de Marcos torciendo los labios mientras cruzaba sus manos instintivamente, deseando con toda su alma aferrarse fuerte a otra mano que ya no estaba; apretarla y llorar sobre ella todos los días que le restaban para reunirse con él; que ya no serían días, sino infiernos.
Tristeza; serenidad; llanto; paz.
Somos el tiempo que nos queda pero no tenemos potestad para decidir sobre él porque nos tiene prisioneros; a su merced.
Marcos y Juana tuvieron una amistad fugaz y la desecharon pronto; el cariño se hizo fuerte, forjando una vida inconcebible uno sin otro; y ahí estaban porque así fue mandado; los dos juntos, pero uno sin otro.
Y bajo la penumbra de una gastada bombilla incandescente; desnuda, sin más adorno que un cable perdido en el cemento, iluminando muebles oscuros y ajados; humedades y tonos ambarinos en las paredes cubiertas por capas de existencia.
Una casa vieja, plagada de recuerdos e historias que ahora dolían como puñaladas por cada milímetro de pared; de tantos años como felicidad compartida que ahora se resquebrajaba en conjunción con las añejas vigas de madera del techo; y debajo, una silla encolada y rechinante por los vaivenes de una mujer rota ante la visión de un ataúd abierto en el que yacía ausente esa mitad que ya nunca regresaría.
Comentarios
Una sonrisa : )
un besito y que ya sonrio de nuevo ;-)
Gracias por mandarme animos el otro dia...
muuaaaaaaaa
Sabrina
"Somos el tiempo que nos queda pero no tenemos potestad para decidir sobre él porque nos tiene prisioneros; a su merced."
El tiempo que a veces quisiéramos detener y otras veces se nos escapa...
Muchos besos.
Gracias por ayudarme a alegrar mi tiempo, petardo.
Precioso texto.
Mil sonrisas!!
Un beso.
Besos
Besos
Un besito.
UN BESOOOO ENORMEEE GUAPOOO¡¡
besos???nooo...hoy...
una dulce sonrisa junto a un pequeño mordisquico...
Un besazo.
Aprovechar el tiempo es una frase que odio, prefiero no perderlo, por si acaso...
Un beso
"Algo en su interior tuvo la certidumbre de que iba a quedarse ahí para siempre; el único deseo que experimentaba; sin embargo no pensaba; no experimentaba; no sentía; no deseaba."
Siempre me ha atormentado un poco la idea de morir, de dejar de ser, dejar de sentir, de pensar. Me cuesta imaginar no pensar...debe ser tan extraño...como dormirse dicen, pero no...pq no hay despertar despues de la muerte...
Un besazo!!!!
Besicos
Pues al igual tienes razón :P, y esta pataleta mía es solo porque al verlo ahí digo, “no, los reyes mago sí existen, si tú crees en ellos ;), o no, claro que Dios existe, de algún modo, y no vivimos en un mundo totalmente aleatorio e incomprensible” :) :)
De cualquier modo, en lo que no creo de ningunas de las maneras es en eso de “sin ti no soy nada; yo sin ti me muero”. La misma persona, que te quiere, al quererte te prepara para seguir viviendo y, llegado el caso, sobrevivirla, salvando algo de su recuerdo.., dijo él sin querer pensar en lo imposible que le parece la vida sin él :)
Abrazos contradictorios en la colmena y fuera de ella
Sin embargo hay tantos recuerdos dolorosos que agarrotan, que hacen sufrir...
Cuando viene la risa y la sonrisa son bálsamos que curan,porque nos aferramos a ellas con uñas y dientes intentando salir de esos recuerdos que ni el tiempo cura,sólo resguarda de su dolor.
Muy emotivo,profundo,hermoso,a pesar de la tristeza.
Besos.
Los recuerdos son partes de nuestro ser, con ellos convivimos pero son esos mágicos momentos que nos hacen sonreir los que perduran, el motor del mañana y de noches veladas.
(Este escrito y tu anterior presentación son unos de mis favoritos..)
Un beso y que tengas un buen fin de semana.
y pesares.Pero explicas muy bien lo que se siente cuando uno pierde la mitad de sí mismo.
Es difícil superarlo.
Como siempre, estupendo.
Un abrazo
Me gusta la forma en que tratas los argumentos de lo que quieres contar, mantienes el suspense hasta el fin, sin necesidad de hacer artilugios que despisten al lector mientras lee las primeras frases. Luego, creas una atmósfera, y ...hala!!
Qué fácil parece después.
Gracias por la sonrisa, ;)
y para tí!! Buen finde, Oscar.
Gracias Despe, los surcos de la edad van pesando cada vez más.
Casi siempre se nos escapa Ana, la cuestión es saber aprovecharlo.
Pero la vida no deja que le sonrías algunas veces Rizosa, y nos obliga a llorarle, por eso, por cada lágrima mil sonrisas, como las que siempre intento que dibujes.
Un beso de luna llena y tribales :P
Gracias Sensaciones.
Gara, qué decirte. Muchas gracias por tu premio y por tu atención. Un placer que vengas por aquí siempre.
Jeje, no pasa nada Ana, al menos dejas tu constancia, y eso se agradece.
Es lo que tocaba Manumara, a ver si me da la vena alegre : )
Por lo menos mientras nos queden los recuerdos, tendremos algo Mamen.
El tiempo, siempre el tiempo Rakel... nos falta por todos lados, y es una pena. Otro besico.
Gracias Vicky, un placer tenerte de nuevo aquí.
Esperemoslo pues Menda, aunque sea la mayor parte del tiempo.
Gran verdad esa Reina, mejor no perderlo, y si se puede, aprovecharlo :P
Tengo el mismo miedo que tú Agua, y creo que todo el mundo, ese final incierto...
Lo inevitable, qué hacer ante eso Yurena... esperarlo con una sonrisa.
Y hacer como debería hacer todo el mundo Belén, pero a veces los recuerdos malos nos enseñan a no volver a cometer errores.
Es difícil vivir la vida de la misma manera sin esa persona AntWaters, por supuesto, se puede vivir, se puede volver a disfrutar, pero nada será igual.
Yo muchas veces intento traer a mi mente un buen recuerdo cuando algo me atormenta Marinel, para agarrarme a él como dices.
Me alegro de que digas eso Lucina, con determinados escritos se pone más empeño, y quizás sea por eso.
Es bueno llorar para no olvidar Marisa, pero sobre todo reir.
Gracias a tí por tu visita, y por tu sonrisa Lasosita. Igualmente, buen finde!!
Un besazo grande grande grande : )
Creo, que a ciertas edades, determinadas cosas dejan de tener la misma vitalidad, y por lo tanto, la misma importancia.
No siempre una está aferrada a la vida de la misma forma, a veces, como tú dices, el tiempo te atrapa, cuando sólo quieres que el reloj se apague.
Un saludo.
Un besito
Besos lascivos
gracias por los recuerdos
Besicos
ega
Pero no es fácil.
Bello relato.
Besos.
Qué bonito, pero con la música que has puesto hoy, qué Super Bonito...
Besos.
Gracias por hacerla regresar, aunque fuese durante un ratito.
Un besote.
Siempre es una pena Rosa, yo también recordé a mis abuelos al escribirlo...
Gracias Grano.
Muchas gracias por el premio Lascivia.
Son imágenes que he vivido Mixha, quizás por eso las relaté con más claridad.
Eso es Eugenia, tenemos que intentar no desaprovechar ni un minuto de nuestro tiempo.
No es nada fácil Marcela, somos olvidadizos por naturaleza.
Jejeje, gracias Cris, esa canción me encanta!!!
De nada Elen, pero en todo caso gracias a tí. Yo también tengo personas que cuidan de mí, creo.
Un besazo
Vida, y recuerdos...muerte...pero nunca soledad..ilusiones...
saludos!
Es sencillamente genial, la metáfora del juego de las sillas me ha encantado. Enhorabuena :)