Un instante

El amor por la vida; la vida por el amor. Es complicado comprender la relación entre esas dos verdades, incluso a veces, la comprensión misma de su significado.

Soy muy pequeño, demasiado joven para escribir, así que estas palabras no existen, salvo en aquellos que son capaces de contemplar la sabiduría de la Providencia.

A pesar de mi juventud, mis ojos ahora están siempre abiertos, buscando aquello que perdí; mirando sin cesar el inmenso mundo que me rodea.

Ya no puedo sentir ese calor que me acompañaba constantemente, durante tanto tiempo; esa aura de ternura invisible que me acogía. Ahora tengo frío, miedo y unas inmensas ganas de llorar, porque me siento sólo y perdido.

¿Dónde estas?
Te tengo en la mente; te llevo en el recuerdo.

Un destello de alegría cruzó por un breve instante los escasos centímetros que nos separaban; se detuvo el tiempo, ese tiempo ahora eterno en mi memoria. Te pude ver la primera vez que abrí los ojos, tú miraste los míos entre lágrimas de afecto, justo antes de cerrarlos.

Nunca olvidaré esa mirada llena de un orgullo infinito. Sin duda, dueña de un amor incomparable por la vida, capaz de dar la vida por amor.

Oscar G.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Más leídas

El cementerio de la nostalgia

Ojos tristes

Horizonte ambarino