Rojo carmesí

Cuando empezó a recuperar la consciencia se sintió flotando, como si su cuerpo fuese emergiendo muy lentamente de las profundidades de un abismo indeterminado. A la oscuridad se unía una calma absoluta, un lejano silbido que aumentaba pausadamente, e imágenes desordenadas que brotaban con fuerza mostrando flashes recientes pero sin sentido, las cuales componían poco a poco el puzzle de la noche anterior. Una sensación como otras muchas antes; resaca, malestar, angustia y lagunas.
El cuerpo de Ainara continuaba inherte, separado de su mente; se sentía extraña, sin terminar de despertar, a medio camino entre la ensoñación y la consciencia, charlando consigo misma y tratando de recordar todo lo que había ocurrido a partir de esas últimas imágenes que la habían asaltado.
¿Sueño o realidad?


Aquel chico que la miraba tanto en la discoteca resultó ser encantador además de atractivo. Vestía informal, tenía una mirada segura; altiva; con ojos brillantes y una labia inusual. Desde el primer momento supo qué decir para despertar su sentido del humor y atraerla hacia él; además, bailaba bien.
Una historia de tantas: alcohol; risas deshinibidas; comentarios sugerentes buscando la respuesta deseada; ese tono lascivo en la voz que incita a seguir el juego... y bailes desenfadados.


En un hotel... ahora podía recordar que había acabado la noche en la habitación de un hotel de las afueras. Tras unas copas llegó la invitación. Ainara aceptó sin pensarlo; la guinda perfecta para acabar la noche y hacer más interesante el fin de semana.

Su mente se iba despejando, saliendo del letargo en el que había estado sumida. Apenas habían pasado unos segundos desde que comenzó a recobrar el conocimiento, desde aquella percepción de vacío y el bombardeo de imágenes confusas, y aún con los ojos cerrados comenzó a sentir un leve cosquilleo en las extremidades, recorriéndolas hacia arriba y extendiéndose lentamente por el resto del cuerpo.
Ahora podía sentir que se encontraba recostada hacia arriba, y notaba una extraña sensación por todo su cuerpo; algo que la rodeaba, abrazándola en toda la superficie de su piel.
De repente frío... mucho frío. Era incapaz de abrir los ojos porque sus párpados pesaban demasiado, igual que el resto de su cuerpo; totalmente inmóvil en esa posición terriblemente incómoda; y cada vez más intenso, aquel frío penetraba en su interior como miles de cristales arañando su piel y provocando el dolor más agudo que había sentido nunca.
De nuevo la invadieron flashes; imágenes deformadas en tonos brillantes, casi cegadores pasaban por su cerebro, que parecía estar recibiendo potentes descargas eléctricas.

Comprendió que no podía tratarse de una pesadilla, aquello resultaba demasiado doloroso para no ser real; necesitaba huir, poder destrozar sus cuerdas vocales gritando, pero la gélida temperatura la apresaba con una fuerza descomunal, como una anaconda rondeándola por completo e impidiendo siquiera llenar los pulmones para respirar...
No aguantaba más, sintió que volvía a perder el conocimiento; aliviada ante la idea de abandonar el dolor; y las punzadas cesaron lentamente haciéndole pensar con más claridad. Otra vez estaba adentrándose en un extraño aturdimiento.

Y de nuevo, calma absoluta.
Pero a veces el dolor más fuerte no se siente, sino que se ve.

Cuando finalmente consiguió abrir los ojos tuvo que adaptar la vista a la tenue luz de la estancia, y volvió a comenzar la pesadilla, mucho más amarga esta vez en cuanto fue consciente de que se encontraba en una bañera llena hielo y agua teñida de color carmesí; a su izquierda, muy cerca había un teléfono; y antes de volver a desmayarse por el miedo y la angustia, pudo, esta vez sí, vaciar sus pulmones gritando al leer el mensaje que le habían dejado escrito en la pared: llama urgentemente a un hospital, no puedes vivir sin riñones.

Comentarios

Oscar García ha dicho que…
Próximamente la segunda parte :)
La Rizos ha dicho que…
Quefuertemeparece... trrrrremendo el texto, pero qué agobio más grande :)

Eso les pasa a las chicas que se van con cualquiera que vista de rosa y baile en las discotecas :P
Mixha Zizek ha dicho que…
Que buen texto, como siempre ... ahora me veras en cada una de tus entradas, besos muchos

otra vez...
Belén ha dicho que…
Joe, pues vaya, si es que ahora no respetan ni los principios básicos... si has de robar un riñón, solo uno!

(muy bueno)

Besicos
Ácrata ha dicho que…
Joder, qué fuerte...
Asusta, porque podría ser verdad. Cuando te vas con alguien que no conoces de nada, te arriesgas a cualquier cosa.


Un beso.
Lucina ha dicho que…
Intenso..
(sigues con tu esencia)

Nos leemos.
Un Abrazo grande
Yurena Guillén ha dicho que…
Ohhhhhh Qué bestial.

Como te manejas en la piel de un asesino... jajaj Me encanta. Espero la segunda parte.

Un abrazo grande.
Cris ha dicho que…
Pues a ver cómo le explica ahora a los del hospital dónde está...

(Besitos)
eli mendez ha dicho que…
pasando a leerte ..lo actual...lo que me debo..y seguramente lo bueno que esta por venir.....felicitaciones Oscar...excelente texto!!! como siempre!!! un placer seguir tus relatos!!!! buen fin de semana!!!!
youtube ha dicho que…
Increible como siempre Ocar...gracias por deleitarnos con tus textos....

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