Magia
Su magia era tan transcendental como intangible; se movía a golpe de varita siempre con el corazón y el alma.
Pequeña despeinada bailaba al son de una alegría llena de ilusión; anhelos de niña con sonrisa desdentada y ojitos café, endulzaba el amargor de toda desilusión mediante fantasía, redondas, blancas y corcheas.
Bruja sin apariencia de tal, hechizaba miradas e hipnotizaba conciencias, haciéndolas cautivas de su encanto, enamorada de un mundo en el que no terminaba de encajar, y en el cual buscaba sin descanso un horizonte al que volar; incansable soñadora de quimeras.
Querida, amada y hasta odiada porque su paso no dejaba lugar a la indiferencia, porque su contoneo marcaba los compases de un corazón aquí y otro allá, provocando sentimientos contrapuestos.
Su presencia era vida, cuando no estaba quedaba el más absoluto vacío; la explosión de una supernova que deja un agujero negro por el que se escapa la alegría, la luz y las sonrisas; un huracán en cuyo ojo estaba ella.
Dócil fragilidad enmascarada en la más absoluta e infranqueable coraza, inoculaba su savia con un sólo suspiro y hacía morir en cada roce del deseo ferviente por poseer todos los poros de su piel desnuda, tersa y exquisitamente aceitunada. Diseñadora de deseos con figura suntuosa y caderas sinuosas.
Cada suspiro suyo electrizaba, cada jadeo enloquecía, y cada gemido hacía arder hasta las entrañas la lascivia del amor más salvaje.
Fea pero indescriptiblemente guapa, ella misma es la pared en la que pinta sus sueños y escribe poemas, sin medida, pero con un ritmo atronador entrelazando rimas, colores, trazos y versos, componiendo los pasos que adoquinan el camino tortuoso de su vida.
Rojo vino o negro azabache, de greñas sedosas y desordenadas entrecerraba los ojos al reír y se paraba el tiempo, creando una imagen única e imperecedera, con el flash deslumbrante de su mirada y el obturador eternizante del recuerdo.
Y una dulce melodía sonaba al recordar cada latido en la distancia, en el tiempo; y un intenso susurro perdura aún en la memoria rezumando gotas con reflejos de los dibujos hechos de mil historias y recuerdos a golpes de varita.
Pequeña despeinada bailaba al son de una alegría llena de ilusión; anhelos de niña con sonrisa desdentada y ojitos café, endulzaba el amargor de toda desilusión mediante fantasía, redondas, blancas y corcheas.
Bruja sin apariencia de tal, hechizaba miradas e hipnotizaba conciencias, haciéndolas cautivas de su encanto, enamorada de un mundo en el que no terminaba de encajar, y en el cual buscaba sin descanso un horizonte al que volar; incansable soñadora de quimeras.
Querida, amada y hasta odiada porque su paso no dejaba lugar a la indiferencia, porque su contoneo marcaba los compases de un corazón aquí y otro allá, provocando sentimientos contrapuestos.
Su presencia era vida, cuando no estaba quedaba el más absoluto vacío; la explosión de una supernova que deja un agujero negro por el que se escapa la alegría, la luz y las sonrisas; un huracán en cuyo ojo estaba ella.
Dócil fragilidad enmascarada en la más absoluta e infranqueable coraza, inoculaba su savia con un sólo suspiro y hacía morir en cada roce del deseo ferviente por poseer todos los poros de su piel desnuda, tersa y exquisitamente aceitunada. Diseñadora de deseos con figura suntuosa y caderas sinuosas.
Cada suspiro suyo electrizaba, cada jadeo enloquecía, y cada gemido hacía arder hasta las entrañas la lascivia del amor más salvaje.
Fea pero indescriptiblemente guapa, ella misma es la pared en la que pinta sus sueños y escribe poemas, sin medida, pero con un ritmo atronador entrelazando rimas, colores, trazos y versos, componiendo los pasos que adoquinan el camino tortuoso de su vida.
Rojo vino o negro azabache, de greñas sedosas y desordenadas entrecerraba los ojos al reír y se paraba el tiempo, creando una imagen única e imperecedera, con el flash deslumbrante de su mirada y el obturador eternizante del recuerdo.
Y una dulce melodía sonaba al recordar cada latido en la distancia, en el tiempo; y un intenso susurro perdura aún en la memoria rezumando gotas con reflejos de los dibujos hechos de mil historias y recuerdos a golpes de varita.
Comentarios
Besicos!!
Mò
Muchos besitos y feliz año.
Ya en serio... precioso. De verdad. Y si eres capaz de encontrar la magia en las personas, es porque tú mismo tienes algo sobrenatural :P
:)
:*
Mola
Besicos
de palabras
bellamente escritas,
que aunque nos presenten
a un ser feo son capaces de hacerlo realmente hermoso.
Es estupendo tenerte
entre nosotros.
Besos.
:)
Besitos!!!
Seguiré visitándote! Un beso
Aunque vayan despeinadas y sean odiadas por su libertad en el vivir.
Oscar, un saludo, mi felicitación ante el nuevo año, y también una sonrisa. Me ha encantado encontrar tus buenísimas historias!!
Saludiños de Lasosita.
pero si soy yo!!!...jajajjaaa..
y lo mejor es q no me conoces...ajjajaaa....
Me gustan este tipo de textosss...
son encantadores..
dulces....
y....
me hacen pensar....
q te has enamorao????
ya no me cuentas naaaaa...
bexossssss
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE:
CIUDAD COLMENA
DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES OS DESEO FELIZ AÑO NUEVO 2010 Y ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.
José
ramón...
rogar para que no saquen el antabus a su medida, es inminente.
un saludo.
Un gusto haberte encontrado a través de 5 links, te dejaré mis puntos y desde ya me tienes como una seguidora más.
Te felicito por tu inspiración y creatividad.
Un saludo