Perversiones latentes
¿ Recordáis este relato ? Bea siempre se consideró una chica rara. Se veía a si misma distinta de las demás ya desde muy joven. Cuando empezó a madurar, los instintos se fueron desarrollando a la par que sus inquietudes, cambiaron sus intereses y en lugar de vestir muñecas se desvestía ella frente al espejo viendo evolucionar su cuerpo. Todo normal en una muchacha joven salvo un pequeño detalle del que se dió cuenta cuando llegó a ese momento al que todos los chicos y chicas llegan indefectiblemente: sus impulsos nerviosos se volvieron más candentes y una fuerza inconmensurable condujo su mano cuesta abajo hasta el borde de sus bragas y sin que nadie le hubiese explicado nada, ya sabía cómo utilizar cada dedo. Sin embargo, la diferencia estribaba en la selección de pensamientos; su criba particular. Disfrutaba de su soledad a ratos esporádicos cumpliendo las propias normas de la evolución de la mente humana. Al principio no lo notó, pero poco a poco se fue dando cuenta de que en esas e...