Hacia el mismo rumbo
Dicen que la vida es una eterna búsqueda.
Pasamos cada minuto esperando el siguiente, anhelando disfrutar un presente que a cada instante se va transformando en futuro, para perpetuar recuerdos tallados a martillo y cincel del pasado.
Y elegimos, siempre lo más bonito de cada paso andado, cribando momentos para hacer de nuestra vida una bonita historia escrita con un carboncillo poco a poco desgastado, y tratando de que cada uno de esos recuerdos sea el que llena nuestra existencia.
Había dos personas en el mundo en aquel preciso instante; dos almas perdidas cuyo camino se cruzaba para hacer de su bifurcación un solo rumbo hacia el que dirigirse, con la firmeza que solamente el corazón es capaz de otorgar.
Se habían encontrado, y ya todo lo demás quedó relegado a un segundo plano en el que la importancia de cada suceso la marcaba el hecho de que lo viviesen juntos o no.
Las lunas de melancolía tenían el color atenuado de un gris plata, brillante y límpido a sus ojos, perlados por las lágrimas de esa alegría inconmensurable que les abrazaba juntos, y los unía más y más, hasta hacerlos uno.
Una mirada, un gesto, una caricia... una vida entera de ese trocito de tiempo, y por cada trocito, una vida de miradas, gestos y caricias que ya siempre permanecerían ahí.
Los te quieros no eran más que anestesia local para paliar sus propias ganas de quererse; una especie de droga que los mantenía adictos, uno del otro.
Y vieron sus vidas cambiar sin añoranzas del pasado, para continuar por un presente lleno de alegrías, hacia un futuro en el que una nueva luz iluminaría el bulevar de sus propios sueños, paso a paso, juntos, recogiendo colores y adornando los trazos hechos por aquel carboncillo, con el cual irán completando día a día su historia.
Pasamos cada minuto esperando el siguiente, anhelando disfrutar un presente que a cada instante se va transformando en futuro, para perpetuar recuerdos tallados a martillo y cincel del pasado.
Y elegimos, siempre lo más bonito de cada paso andado, cribando momentos para hacer de nuestra vida una bonita historia escrita con un carboncillo poco a poco desgastado, y tratando de que cada uno de esos recuerdos sea el que llena nuestra existencia.
Había dos personas en el mundo en aquel preciso instante; dos almas perdidas cuyo camino se cruzaba para hacer de su bifurcación un solo rumbo hacia el que dirigirse, con la firmeza que solamente el corazón es capaz de otorgar.
Se habían encontrado, y ya todo lo demás quedó relegado a un segundo plano en el que la importancia de cada suceso la marcaba el hecho de que lo viviesen juntos o no.
Las lunas de melancolía tenían el color atenuado de un gris plata, brillante y límpido a sus ojos, perlados por las lágrimas de esa alegría inconmensurable que les abrazaba juntos, y los unía más y más, hasta hacerlos uno.
Una mirada, un gesto, una caricia... una vida entera de ese trocito de tiempo, y por cada trocito, una vida de miradas, gestos y caricias que ya siempre permanecerían ahí.
Los te quieros no eran más que anestesia local para paliar sus propias ganas de quererse; una especie de droga que los mantenía adictos, uno del otro.
Y vieron sus vidas cambiar sin añoranzas del pasado, para continuar por un presente lleno de alegrías, hacia un futuro en el que una nueva luz iluminaría el bulevar de sus propios sueños, paso a paso, juntos, recogiendo colores y adornando los trazos hechos por aquel carboncillo, con el cual irán completando día a día su historia.
Comentarios
Saludos
1 12 Bk
Vamos a ver chiquillo, si esto es sin inspiración, no quiero ni pensar cuantos premios ganarás en cuanto te llegue;)...
Es cierto que, no sé pq razón, nos empeñamos en vivir para el mañana, con la incertidumbre que no nos deja disfrutar el presente...
Incluso cuando se está enamorada, siempre esperamos al día siguiente para volver a verlo, es como que nos supeditamos a esa otra persona...
En fin, todo por complicarnos, para no variar!!
No sabes cuanto eché de menos tu rinconcito, espero no volver a perderme...Un besote enorme. Me ha encantado
Me ha gustado mucho mucho. Un besazo.
Besicos
La vida de todo ser humano es un camino hacia si mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún ser humano ha sido por completo el mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede
un saludo
Beso.
Pero está bien leerte de vez en cuando un texto optimista.
Besos.
Un beso.
Sonrisas, miradas, gestos que, posiblemente, no olviden es lo que hace de la vida algo un poquito más maravilloso :)
un beso!